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CLARO DE LUNA

lunes, 2 de agosto de 2021

 

LA ESPERA


Cuando volviste la esquina
y me dijiste a dios
tú me tiraste un beso.
El viento se lo llevó.

Yo regresé a la cocina
hice un plato extraordinario
de pescado sin espina.
Ese que te gusta tanto.

Y me fui para el salón
para preparar la mesa,
puse aquel mantel bordado
con dibujos de cerezas.

Saqué la vajilla blanca
con el filito dorado,
los platos que te gustaban
con cerezas decorados.

Abrillanté los cubiertos  
que parecían de plata
la servilleta en el plato
curiosamente doblada.

Y en el centro de la mesa
un jarrón de porcelana,
con un clavel reventón
alimentado con agua.

A cada lado del centro,
un candelabro posaba,
las velas rojas rizadas.
Las que tanto te gustaban.

Ya la comida está lista
y la mesa impecable,
solo espera tu presencia,
es un día memorable.

Yo me puse aquel vestido
de color rojo amapola,     
el que tu me regalaste,
al otro día de la boda.

Y me peiné para tras
mi pelo negro azabache,
y lo enlacé con la cinta,
la que tú me regalaste.

Y me maquillé la cara
mis labios me dibujé,
del color de las cerezas.
a juego con el mantel.

Y me puse los zapatos
negros de charol brillante,
con los tacones de aguja,
que me hacían tan elegante.

Y me senté en el sillón
tranquilamente a esperarte.
Pero pasaban las horas
y tú nunca regresaste.

Fueron pasando los días,
fueron pasando las noche,
los meses y los años.
Y yo seguía esperándote.

La mesa sigue esperando,  
el mantel es deplorable,
Y las cerezas bordadas,
en su  estado lamentable.                         

Sobre los platos vetustos 
las servilletas fallecen.
Y aquel clavel reventón
en el jarrón ya es inerte.

Y me aliso mi vestido
que carece de colores,
la nieve en mis cabellos
me recuerda mis temores.

Mis labios rojos cerezas
que a ti tanto te gustaban,
ahora son dos finas líneas
completamente plegadas.

Miro al suelo a mi derecha
mis zapatos elegantes
están cubiertos de polvo.
Ahora ya no son brillantes.

Y yo te sigo esperando
sentadita en mi sillón,
con la ilusión que tú vuelvas
para pedirme perdón.   

Manuela Llera Ramos                             

viernes, 5 de mayo de 2017

MI CIELO


En tu lento caminar
yo pienso que nunca llegas,
a la estrella que te di,
la noche de luna llena.

Mis labios arden de amor
a los tuyos van unidos.
El hielo de tu sentir
apaga el fuego encendido.

No sé porqué me soñé
que mi cielo era tu cielo,
y reposando en la luna
yo te rogaba consuelo.

Pero cuando desperté
tus ojos plenos de fuego,
brillaban fieros de amor
y una lágrima rodaba 
dentro de tu corazón.

El tiempo ya había pasado
la rosa ya está marchita.     
En lugar de aquel rosal                                          
sólo quedan margaritas. 

Margaritas desojadas      
de contarlas tantas veces.
Si no te alumbra tu estrella,
ahora tendrás que esperar
a que sea luna llena.

Porque el tiempo no perdona
tu ojos que antes brillaban.
Ya están secos y no ven
esa rosa marchitada.      


Manuela Llera Ramos

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